(Agraria.pe) “Es poco probable que, a raíz de su política arancelaria, Estados Unidos entre en una recesión severa, pero sí es muy posible que su crecimiento se desacelere; y, que en un contexto de tensiones comerciales y menor dinamismo, puede contagiar al resto del mundo”, advirtió el ex ministro de Economía y Finanzas, Luis Carranza Ugarte, durante una charla ante el Consejo Directivo de la Asociación de Exportadores (ADEX).
Según estimaciones recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la tasa global de este año caería de 3.3% a 2.8%, es decir, experimentaría una reducción de -0.5 puntos porcentuales. El propio gigante norteamericano también se vería afectado y su tasa pasaría de 2.7% a 1.8%.
Diversas entidades financieras y organismos multilaterales coinciden con este panorama –continuó–, JP Morgan asignó un 60% de probabilidad a un escenario recesivo, del cual, un 20% corresponde a una recesión focalizada en Estados Unidos, y un 40% se atribuye a una mundial.
Respecto a China, Goldman Sachs estimó un alza de 4.5% para este año; sin embargo, con la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, esa cifra podría ajustarse a 4%.
“Y hay un efecto adicional a considerar, al disminuir sus exportaciones al mercado estadounidense, esta economía asiática quedaría con capacidad instalada ociosa. Esto la obligará a salir agresivamente a buscar nuevos mercados, lo que generaría respuestas arancelarias de otras economías como Europa o Japón”, agregó.
Impacto en Estados Unidos
Carranza también explicó que la política arancelaria impulsada por el presidente Donald Trump tiene como objetivo incentivar el empleo, reduciendo importaciones y estimulando la producción interna.
“Pero los mercados son mucho más complejos. Si se imponen aranceles a todo, el costo de producción se dispara. Eso desplaza la curva de oferta y, aunque puede haber un repunte en la producción local, será por debajo de lo esperado debido al aumento de costos”, informó.
Esta estrategia –prosiguió– no analiza todos los temas de las cadenas productivas globales como la competitividad, el comportamiento del tipo de cambio ni los efectos sobre el empleo y termina afectando la oferta local.
“Mientras las empresas estadounidenses enfrentan mayores costos de importación, sus competidores en Corea, Japón o China no tienen esas mismas barreras, lo cual genera pánico en el empresariado norteamericano. Saben que tal vez puedan vender un poco más en su mercado interno, pero también tienen en cuenta su clara desventaja en el sector exportador”, concluyó.
Fuente: Perú Exporta de ADEX