(Agraria.pe) A última hora del miércoles, el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos dictaminó la anulación de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, a la mayoría de países de todo el mundo. Un día después, el Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal suspendió la orden judicial. Entonces, ¿cuál es la situación para el envío de frutas y hortalizas?
"Es demasiado pronto para saberlo", afirma Jim Provost, fundador de I Love Produce, quien añade que, en caso de que se eliminen los aranceles, no tendrá un gran impacto porque afectará a todos los países por igual. "A esta lucha le queda mucho camino por recorrer".
De hecho, Annabell Vidal, de dVida, también es consciente de la inestabilidad de las decisiones sobre los aranceles. "Como las negociaciones siguen en curso y la decisión no es definitiva, hay que tener en cuenta el efecto de los aranceles en el precio, ya que los tiempos de tránsito de los productos varían entre 7 y 25 días", afirma.
Provost también añade que cree que, en el sector hortofrutícola, los aranceles han llegado para quedarse, de una manera u otra. "Aunque la Administración Trump pierda esta batalla, tiene otros canales en los que instaurar los aranceles", opina.
Dado que las decisiones arancelarias están en constante cambio, parece que los productores y expedidores están abordando el tema con cautela. Tras el "Día de la Liberación", el 2 de abril, cuando se anunciaron los aranceles universales, I Love Produce, por ejemplo, dio un giro, solo para toparse con nuevos cambios. "Hemos aprendido la lección. Esta vez vamos a esperar y ver qué pasa", dice Provost.
Qué implicarían las sentencias
Para Freska Produce International, su presidente, Gary Clevenger, afirma que la decisión inicial de bloquear la sentencia tiene importantes implicaciones para sus operaciones y para el sector hortofrutícola en general. "Para nosotros, esto significa una estabilización potencial de los costos de importación, lo que nos permite mantener precios competitivos para nuestros clientes", explica.
Consalo Family Farms, si se mantuviera este fallo que bloquea los aranceles, podría eliminar los aranceles del 10-30% aplicados actualmente a sus programas de cítricos de verano. "Esto reduciría significativamente las presiones de costos sobre los importadores y sería un alivio muy necesario para el sector hortofrutícola", dice Casey Kio, EVP Global Business de la empresa. "Es importante destacar que las importaciones de cítricos de los países del hemisferio sur durante la ventana de junio a septiembre no compiten con la producción nacional, por lo que es un complemento estratégico para la cadena de suministro de Estados Unidos y no una amenaza".
A su vez, esto ayudaría a estabilizar los precios de estas importaciones, garantizar un suministro constante para los consumidores y apoyar las relaciones comerciales internacionales de larga data. "En general, esta decisión sería un paso hacia una política comercial más equilibrada y refuerza la importancia de adaptar las medidas arancelarias a las realidades estacionales y del mercado", manifiesta Kio.
Por ahora, lo que hace esta situación de constantes cambios es reintroducir un elemento de incertidumbre respecto a la situación de los aranceles en el largo plazo. "Por consiguiente, aunque somos cautelosamente optimistas, permanecemos vigilantes y preparados para adaptarnos a cualquier cambio futuro en la política comercial", afirma Clevenger.
Lo que quiere el sector
En última instancia, lo que Kio espera es un abordaje más detallado del comercio que beneficie a todas las partes interesadas. "La administración debería tener en cuenta la dinámica competitiva entre los productos nacionales y los importados —en particular el calendario y la disponibilidad regional de productos hortofrutícolas— para garantizar que cualquier arancel futuro favorezca, en lugar de perjudicar, a la agricultura estadounidense", subraya Kio.
Por otra parte, si se eliminan los aranceles, Clevenger cree que su empresa podría revisar sus estrategias de precios. "Sin embargo, no se puede volver sin más a los precios anteriores a los aranceles. Factores como las existencias adquiridas a costes más elevados, las obligaciones contractuales y las consideraciones logísticas exigen un planteamiento mesurado. Nos comprometemos a colaborar estrechamente con nuestros socios para garantizar que cualquier ajuste de precios se lleve a cabo con prudencia y transparencia", indica.
En dVida, Vidal afirma que lo que está resultando esencial es mantener registros contables detallados y precisos que documenten claramente las fechas en que se promulgan las normativas tarifarias y en que se realizan los pedidos de los clientes. "Esto nos permite coordinar adecuadamente las estructuras de precios, garantizando tanto el cumplimiento de los cambios normativos como la aplicación justa y coherente de los costes en toda nuestra cadena de suministro", afirma Vidal. "En el sector hortofrutícola, donde los márgenes son ajustados y el tiempo es crítico, los cambios en las políticas arancelarias, por muy pequeños que sean, pueden afectar significativamente a las estrategias de precios y compras".
En cualquier caso, Kio afirma que la aplicación de los aranceles ya ha afectado de manera marcada a sus operaciones. Además de aumentar su estructura general de costes y reducir la disponibilidad de oferta para el mercado estadounidense, los aranceles han supuesto una presión añadida sobre su capital circulante al exigir mayores pagos por adelantado antes de que se vendan los productos. "Además, hemos tenido que asignar recursos adicionales y contratar personal para gestionar los complejos procesos, la documentación y los procedimientos de cumplimiento asociados a estas nuevas estructuras de costes y pagos", añade Kio. "Volver a los precios prearancelarios tampoco es tan sencillo como pulsar un interruptor: requiere una cuidadosa recalibración de nuestros modelos de precios, acuerdos con proveedores y flujos de trabajo internos para adaptarnos con garantías al nuevo panorama comercial".
Fuente: Fresh Fruit