A pesar que la pandemia nos ha demostrado la importancia y necesidad de invertir en investigación y el desarrollo de innovaciones, este tema sigue pendiente de atención prioritaria en el Perú. En los últimos 45 años, la inversión en I+D decreció desde su mejor nivel de 0,36% del PBI en 1975 hasta alrededor de 0,12% del PBI en la actualidad. El país continúa rezagado en materia de inversión en capital humano y conocimiento con respecto a la mayoría de los países latinoamericanos. Según información de Concytec, se tiene un retroceso del país en el Índice Global de Competitividad (IGC), específicamente en los pilares 11, Dinamismo empresarial, y 12, Capacidad de innovación, donde se presentan dos de las más serias deficiencias: posiciones 97 y 90, respectivamente. Una situación similar se percibe en el Índice Global de Innovación (IGI), en el cual Perú se ubica en el puesto 69 de 129 países.
En lo que respecta el sector agrario la situación va en la misma dirección (a excepción de algunas zonas de la Costa donde se práctica una agricultura de alta tecnificación promovida por el sector privado). Hay que tener en cuenta que la innovación debe verse dentro de un concepto más amplio y no solamente desde lo productivo. No basta con considerar los temas de semillas, variedades, plagas, enfermedades, etc. Se deben incluir los conceptos de innovación comercial e institucional en el marco de las alianzas público-privadas y abandonar la idea de que un solo centro o una sola institución puede resolver todos los problemas.
En este contexto, la innovación institucional es muy importante, ya que permite crear nuevos modelos de relación entre diversos actores y en estos espacios es clave incluir tanto al sector público como al sector privado (con una lógica de ecosistemas de innovación). Pese a que tradicionalmente no se han logrado generar los vínculos necesarios que perduren en el largo plazo, esta alianza tiene mucho para aportar y potenciar la innovación (han existido algunos proyectos en el sector que se han orientado a esta forma de trabajo, pero lamentablemente una vez culminados no se continúan con estas acciones por falta de presupuesto).
La innovación y la formación de alianzas entre los diferentes actores no son procesos espontáneos, por lo que se requiere de ciertas condiciones para que tanto los productores como las empresas que forman parte de las cadenas de valor establezcan espacios para compartir conocimiento, lo que depende de un marco regulatorio y un sistema de financiamiento que contribuya a potenciar estas alianzas.
Se pueden mencionar algunas consideraciones que son importantes para innovar, por ejemplo: los productores deben mantenerse actualizados, el fomento de la creatividad es necesario, la importancia del conocimiento de los mercados es clave, pero un aspecto crucial es el que se relaciona con la existencia de políticas públicas que promuevan la innovación y permitan que el sector privado (incluidos los productores) participe de manera efectiva y con retornos evidentes.
Cuatro factores se pueden tomar en cuenta: i) El mercado como factor determinante de la innovación, lo importante es que las innovaciones contribuyan a llegar al mercado y generar beneficios, lo que implica una diferenciación y valoración del mercado como variable determinante para que se materialice la innovación: ii) Articulación para generar valor agregado en los productos de la agrobiodiversidad, la innovación puede permitir posicionar productos de la agrobiodiversidad y darles valor agregado por denominación de origen, contenido nutricional e importancia gastronómica. Esta condición agrega elementos para generar productos diferenciados y promover un modelo donde se articule la agricultura, la seguridad alimentaria y nutricional con la generación de ingresos; iii) Organización para el establecimiento de nuevas alianzas en torno a productos de alto potencial, promover la construcción de alianzas (públicas-privadas) con una visión de largo plazo y en un contexto de ecosistemas de innovación con mecanismos que permita la participación de los diferentes actores de manera eficiente para todos ellos; iv) Fortalecimiento de capacidades y atracción de investigadores jóvenes, es clave contar con materia humano altamente capacitado que puede impulsar las diferentes acciones alrededor de la innovación. Un tema que debe ser afrontado de una vez es la necesidad de tener un cambio generacional a nivel de los investigadores y tener mecanismos concretos para que los jóvenes investigadores puedan ser atraídos hacia el sector agro (sobre todo en el área pública).
Es clave tener presente que los procesos de innovación son a largo plazo y no es investigación aislada que termina en un informe, sino que se debe tomar el conocimiento de todos los actores, trabajar con ellos, darles señales positivas para que puedan potenciar sus propios recursos y acceder a mercados de una forma más competitiva.