(Agraria.pe) Los gremios de pequeños productores han recibido de forma crítica la nueva Ley Agraria aprobada por el Congreso de la República y que está a la espera de su promulgación por parte del Gobierno (el cual ha adelantado su postura favorable). Sin embargo, desde el sector empresarial la medida está siendo celebrada y se le considera un aporte clave al futuro de la agricultura no solo de las grandes empresas exportadoras sino de los pequeños productores de nuestro país.
Mario Salazar, presidente de Agrícola Chavín, ha salido al paso para exponer los puntos por los que estima que la nueva Ley Agraria es altamente beneficiosa tras un amplio análisis:
La Ley 27360 de 2002 fue la primera en impulsar el crecimiento exponencial de nuestras agroexportaciones tradicionales y no tradicionales. Sin embargo, ni esa norma ni la Ley 31110 de 2020 otorgaron facilidades a la agricultura familiar ni a la pequeña agricultura.
La nueva ley sí lo hace. Los agricultores que venden al año menos de 30 UIT (S/ 160,500) quedan inafectos al impuesto a la renta. Quienes superen ese monto hasta un máximo de 150 UIT (S/ 802,500), pagarán solo el 1.5% por el exceso, sin necesidad de llevar libros contables.
Esto es un alivio y una verdadera oportunidad para miles de agricultores familiares que se integran cada vez más a la cadena agroexportadora.
El sector agroexportador ha sido un verdadero milagro para el Perú. En el 2020 exportábamos US$ 643 millones; en el 2024 alcanzamos US$ 12,349 millones. Eso significa crecer 19 veces en dos décadas, con una tasa promedio anual de más del 13.1%.
Detrás de estas cifras hay 2,606 empresas exportadoras, de las cuales el 80% son micro, pequeñas y medianas empresas. Esto demuestra que somos más los pequeños y medianos que día a día hacemos grande al sector, en todas las regiones del país.
Otro dato alentador: en el año 2000 apenas había una brecha positiva de 7 empresas que ingresaban al sector. En cambio, en el 2024, la brecha es de 123 empresas nuevas, lo que refleja que estamos aprendiendo a manejar mejor los riesgos agrícolas y generando más empleo y tributos para el Perú.
A diferencia de empresas estatales deficitarias como Petroperú, que generan un gran costo fiscal, el agroexportador siempre contribuye positivamente a la caja del Estado.
Entre 2005 y 2024, nuestra contribución vía impuesto a la renta de tercera categoría se multiplicó por 5.8 veces. Con la nueva ley, el potencial de duplicar nuestras exportaciones es real, lo que se traducirá en más ingresos fiscales y más estabilidad para el país.
En 2024 el agro generó 2.1 millones de empleos directos, indirectos e inducidos. Es difícil encontrar otro sector con semejante capacidad para reducir el desempleo y la pobreza monetaria.
En el 2000 teníamos 329 productos de exportación (31 tradicionales y 299 no tradicionales). Para el 2024, la cifra asciende a 558 productos (20 tradicionales y 538 no tradicionales).
Nuevos productos han surgido con gran éxito:
Arándano: US$ 2,207 millones
Pimiento piquillo: US$ 71 millones
Tara en polvo: US$ 56 millones Limón Tahití: US$ 39 millones
Harina de maca: US$ 23 millones
En el 2000, solo el espárrago superaba los US$ 100 millones. Hoy contamos con 4 productos que superan los US$ 1,000 millones, 1 entre US$ 500 y 999 millones, 13 entre US$ 100 y 500 millones, y más de 550 con un enorme potencial de crecimiento. Una clara señal de diversificación y fortaleza.
Conclusión
Este es nuestro sector: dinámico, inclusivo y con un futuro enorme. Tenemos diez años más para consolidar lo logrado y sentar bases firmes para su desarrollo.
Gracias a los pequeños, medianos y grandes actores que lo hacen posible. A los gremios en especial ADEX y AGAP que con esfuerzo explicaron los beneficios de esta ley en cada foro. A los políticos que demostraron visión de país al apoyarla. Y a cada peruano que ve en el agro una oportunidad para mejorar su vida y la de su familia.
La nueva Ley de Promoción Agraria no solo es una buena noticia: es una apuesta ganadora para el Perú.