(Agraria.pe) “Muchos ven la certificación GlobalG.A.P. como una barrera o un simple costo para acceder a mercados internacionales, pero es mucho más que eso. De hecho, es el mapa estratégico para la excelencia operativa y la expansión comercial”, asegura Mario Muñoz, gerente general de CAAE América, empresa especializada en certificaciones orgánicas de productos vegetales y transformados.
Según Muñoz, el verdadero poder de esta norma no reside en el sello final, sino en la transformación que exige en el campo. “GlobalG.A.P. es mucho más que un checklist; es una filosofía de gestión integral que se sostiene sobre pilares fundamentales”, afirma.
Entre estos pilares, destaca la inocuidad alimentaria como el eje no negociable. “La implementación de Puntos Críticos de Control, el manejo adecuado de fitosanitarios y la higiene rigurosa no solo cumplen una norma; blindan a la marca contra costosos rechazos de contenedores, retiros de producto y, sobre todo, crisis reputacionales”, explica.
Otro aspecto esencial de la certificación es la sostenibilidad y gestión ambiental. Muñoz señala que un manejo eficiente del agua, la optimización de fertilizantes y la protección de la biodiversidad local no solo son prácticas responsables, sino decisiones de negocio inteligentes. “Esto reduce costos operativos, mejora la salud del suelo a largo plazo y responde a la demanda creciente de consumidores por productos responsables”, comenta.
En cuanto a la salud, seguridad y bienestar de quienes laboran en el campo, Muñoz enfatiza: “Un equipo capacitado, seguro y motivado es el motor de la productividad. GlobalG.A.P. estructura procesos para asegurar condiciones laborales justas y seguras, lo cual se traduce en menor rotación de personal, mayor compromiso y una operación más estable y eficiente. Ese valor intangible se refleja en la calidad final de la cosecha”.
La trazabilidad, agrega el especialista, es la columna vertebral del sistema. “Poder rastrear cada caja de uvas o espárragos hasta su parcela de origen no es solo para auditorías, sino una potente herramienta de gestión que permite identificar y corregir ineficiencias, aislar problemas rápidamente y ofrecer una transparencia total que los compradores de mercados premium no solo aprecian, sino que exigen”.
Mario Muñoz concluye: “Certificarse como GlobalG.A.P. es rediseñar las operaciones para ser más resilientes, eficientes y competitivas a escala global. Hay que dejar de verlo como un gasto y convertirlo en una inversión estratégica en la longevidad y rentabilidad del negocio”.