(Agraria.pe) La campaña citrícola peruana 2025 muestra signos claros de recuperación, tras los desafíos climáticos que afectaron al sector en 2023. "Hasta la semana 27 de este año las exportaciones han crecido 29% en volumen respecto al mismo periodo del año anterior, destacando la recuperación de variedades tempranas como Satsuma (+88%), Primosole (+200%) y Nova (+112%), así como el limón Eureka (+233%) y la lima Tahití (+29%)", de acuerdo con Sergio del Castillo Valderrama, gerente general de la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (ProCitrus).
"Las mandarinas siguen siendo la fruta dominante del sector, representando el 65% del volumen total exportado. Si bien las variedades tardías como Murcott, Tango y Nadorcott han tenido un crecimiento sostenido —de 144.000 toneladas en 2023 a 195.000 ese mismo año—, el verdadero impulso ha venido del repunte de las tempranas, que habían caído un 50% en 2023 y ahora podrían crecer hasta un 150%", explica.
No obstante, la expansión de la superficie cultivada se encuentra prácticamente detenida desde 2021. Del Castillo menciona que "la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria y el incremento de costos logísticos y laborales han desincentivado nuevas inversiones, especialmente en un sector donde los márgenes son reducidos y los productores son, en su mayoría, pequeños y medianos".
"El cítrico es un producto sensible a los costos. Una variación de 10 centavos por kilo puede significar un tercio de la ganancia del productor", explica del Castillo. Además, advierte que si no se plantan nuevos árboles, las exportaciones podrían estancarse hacia 2030.
"En cuanto a los mercados, Estados Unidos se mantiene estable, pero se destaca un notable crecimiento en Europa (+106%), Asia (+103%) y Rusia (+174%), aunque este último con volúmenes aún pequeños. El auge de los envíos a Centroamérica (+73%) se explica por los menores tiempos de tránsito, lo que permite entregar fruta más fresca y competitiva. En contraste, las exportaciones a China y Japón han disminuido debido a los problemas logísticos y la sensibilidad del cítrico a los largos tránsitos, con daños estéticos que afectan su recepción en destino", comenta.
La diversificación varietal también es una prioridad. Se están evaluando nuevas variedades patentadas para cubrir los meses de abril y mayo, un vacío en la oferta peruana que países como Chile o Sudáfrica sí logran cubrir. Asimismo, la lima Tahití continúa su ascenso, con estimaciones de alcanzar las 50.000 toneladas este año, consolidándose como un producto con fuerte demanda internacional y aceptación local.
"Para el sector, la aprobación de una nueva ley agraria y la mejora en seguridad rural son claves para fomentar la inversión, especialmente en zonas del sur del país con mayor potencial para producir cítricos con buen color. Sin medidas estructurales, la competitividad del cítrico peruano corre el riesgo de retroceder, pese al reconocimiento internacional que ha ganado en los últimos años", concluye.
Fuente: Fresh Plaza