(Agraria.pe) Ambrosio Flores Huerta busca en medio del barro los mangos que enterró el huayco producto del desborde del río Moro en Áncash. Ya había iniciado la cosecha para la exportación, pero la naturaleza literalmente enterró todo lo que había sembrado con esfuerzo y entusiasmo. Lo que demoró varios años en crecer desapareció solo en minutos con la llegada de toneladas de lodo y piedra.
“Tenía más de 1000 plantas (de mango) en plena producción y el huayco se lo ha llevado todo. Nos hemos quedado en nada. Lo he perdido todo”, sostiene Ambrosio Flores con los ojos llorosos y un nudo en la garganta. Sigue recorriendo su campo en la zona de Cushipampa Alta mirando con rabia y frustración lo que la naturaleza le ha arrebatado a él y a su familia.
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (SEDIR) informó que el huayco afectó 10 hectáreas de mango solo en la zona de Cushipampa Alta. Hay fruta enterrada y plantas que ya no se podrán recuperar. “No pude hacer nada para salvar mis plantas. No sé han hecho trabajos de defensa ribereña y por eso se ha salido el río”, remarca Pablo Flores, casado y con 2 hijos que mantener. El panorama es desolador.
Pérdidas incalculables
Y en la parte baja de Moro, específicamente en el sector de Máquina vieja, Junior Ramírez, mira en vivo y en directo cómo el agua se lleva sus plantaciones de palta y mango. “Tenía 3 hectáreas de mango kent que planeaba vender en 15 días y otras 2 hectáreas de palto en plena producción. Todo se ha perdido”, lamenta con resignación.
El distrito de Moro y el valle de Nepeña tienen 1200 hectáreas de mango y 2300 hectáreas de palto. Los pequeños productores invierten en promedio hasta S/ 10 000 cada año por hectárea de cada cultivo. Tal inversión les permite cosechar hasta 15 000 toneladas por hectárea en ambas frutas que se exportan a Estados Unidos, Europa y Asia.
“Las pérdidas son incalculables. Hay una gran afectación económica porque ambos cultivos (palto y mango) son los motores que mueven la economía de Moro y de todo el valle de Nepeña”, remarcó el director ejecutivo de Sedir, Juan Cerna Espinoza.
La crisis se agrava si se tiene en cuenta que ahora será más complicado sacar la fruta, de los campos que se han salvado, debido a que varios tramos de carretera y vías de acceso han quedado inservibles producto de las lluvias y huaycos que han golpeado esa parte del país.
El huayco del último lunes inundó calles, viviendas, cortó el fluido eléctrico, hizo colapsar las redes de agua y desagüe y, prácticamente, dejó aislado a Moro y otros distritos como Cáceres del Perú-Jimbe y Pamparomás.