09 julio 2025 | 10:49 am Por: Redacción

Agroexportación peruana: del salto comercial al impacto estructural

Más de 300 mil hectáreas están destinadas a la producción con fines de exportación en la actualidad

Más de 300 mil hectáreas están destinadas a la producción con fines de exportación en la actualidad
Los productos procesados ya representan casi el 20% de la canasta agroexportadora, una proporción cuatro veces mayor que hace dos décadas. Esta categoría incluye desde derivados del cacao y el aceite de palma hasta jugos, conservas y hortalizas preparadas, lo que permite capturar mayores márgenes y diversificar mercados.

(Agraria.pe) La transformación de la agroexportación peruana ha sido mucho más que un fenómeno comercial. Con más de US$ 12.343 millones en envíos en 2024 y un portafolio dominado por frutas, granos y procesados, el agro ha escalado a convertirse en el segundo mayor sector exportador del país, solo detrás de la minería. Pero su impacto más profundo se refleja en los territorios: en la diversificación productiva, la inversión en infraestructura, la sofisticación tecnológica y el crecimiento del empleo formal en zonas rurales.

Superficie agrícola de la exportación
Uno de los pilares de este salto ha sido la expansión de la frontera agrícola. Hoy, más de 300 mil hectáreas están destinadas a la producción con fines exportadores, lo que ha impulsado inversiones. Este proceso ha sido clave para dar paso a una nueva agroindustria, mucho más competitiva y moderna, capaz de responder a la demanda exterior, a los estándares internacionales en trazabilidad, certificación y sostenibilidad.

Una apuesta por el valor agregado
Además, la apuesta por el valor agregado ha comenzado a dar frutos. Los productos procesados ya representan casi el 20% de la canasta agroexportadora, una proporción cuatro veces mayor que hace dos décadas. Esta categoría incluye desde derivados del cacao y el aceite de palma hasta jugos, conservas y hortalizas preparadas, lo que permite capturar mayores márgenes y diversificar mercados. Con esta estrategia, el Perú ha logrado ampliar su influencia internacional mediante una agroindustria avanzada y diversificada.

Productos agrícolas y descentralización productiva
En este proceso, algunos productos agrícolas ya compiten directamente con productos del portafolio minero. En 2024, el arándano alcanzó los US$ 2.352 millones en remesas, superando al zinc (US$ 2.304 millones), mientras que la uva se acercó al exportar US$ 1.742 millones. Este posicionamiento refleja no solo el peso del agro en el comercio exterior, sino también su creciente protagonismo económico. A nivel territorial, La Libertad, Ica y Piura lideran la producción agroexportadora con más de US$ 6.000 millones en conjunto, pero también destacan regiones como Cajamarca, San Martín y Junín, evidenciando una expansión del modelo agroexportador hacia nuevas zonas productivas.

Más agroexportación, más empleo formal
En este contexto, el empleo se ha consolidado como una de las consecuencias más tangibles de esta transformación. Solo en 2024, las agroexportaciones generaron 772 mil empleos directos, 1 de cada 5 empleos directos agrícolas se dedica a la agroexportación. Si la tendencia se sostiene, entre 2032 y 2040 esta cifra podría ascender hasta 1.8 millones de empleos. Lo más relevante: buena parte de estos empleos se ha generado en zonas rurales o en la frontera agrícola, donde predomina la informalidad y la baja productividad.

Irrigación e infraestructura: la base para el próximo salto
El inicio de operaciones de los grandes proyectos de irrigación Olmos, Chavimochic, Majes-Siguas II y Alto Piura ha permitido la ampliación de las hectáreas sembradas de cultivos. El éxito agroexportador también ha impulsado una agenda de inversiones públicas estratégicas, como el desarrollo de 22 grandes proyectos de irrigación (por un valor de US$ 24.000 millones) —incluyendo Chavimochic III, Chinecas, Pampas Verdes y el Trasvase del Marañón— que buscan sumar más de un millón de hectáreas nuevas a la producción agrícola moderna. Paralelamente, la mejora de infraestructura logística, como el nuevo puerto de Chancay, elevará la competitividad del sector, acortando tiempos y costos hacia los mercados más exigentes del mundo.

Desafíos para consolidar el liderazgo
El reto ahora va más allá del crecimiento. Se trata de sostener la competitividad frente a potencias agroexportadoras, diversificar más allá de las frutas frescas y asegurar que el impacto del agro llegue a todos los eslabones de la cadena, con innovación, sostenibilidad y equidad territorial. El Perú ha demostrado que puede competir en la élite agrícola global. El siguiente paso es asegurar que esta ventaja se convierta en un legado estructural para el país.

 

Fuente: Fresh Fruit

 

Etiquetas: agroexportaciones